Después de dos meses sin ingresos, importantes gastos que afrontar y la incerteza de cuándo podrán volver a abrir por la pandemia del coronavirus, bastantes restauradores han optado por retirar mesas, habilitar una pequeña zona de atención al cliente y servir comidas para llevar.
Las mesas y las sillas han desaparecido, muchos restaurantes han optado por situar un mostrador en la entrada que, además de hacer de barrera física con el cliente, muestra la oferta culinaria para hacer el reparto a domicilio. Con el fin de recuperar algunos ingresos y poder seguir realizando la actividad a medida que avanzamos en las fases de desescalada.
Al principio del estado de alarma, la mayoría de los restauradores rechazaron la posibilidad de seguir cocinando a puerta cerrada con el argumento de que la esencia de un restaurante era tener los clientes en el local, reconocen desde el gremio. Tras dos meses de confinamiento, sin certezas sobre la desescalada y con la incertidumbre del futuro del sector por la falta de turismo, los restauradores han cambiado de opinión. El gremio trabaja con horarios de apertura variables y bastantes concentrados en el fin de semana, con servicio de domicilio o para llevar. Las colas a las puertas de restaurantes el pasado domingo daban una pista de la actividad de los fogones.
Espacio para terrazas
La calle es el lugar más seguro para las medidas de distanciamiento y para ello hace falta ampliar espacio para el peatón. Siguiendo ese criterio, las terrazas que puedan aumentar de tamaño o mantengan las mesas que ya tienen ganarán espacio a costa del coche.
Muchas alcaldías están viendo la posibilidad de poder ampliar el espacio para las terrazas de los locales o incluso están escuchando propuestas de parte de los restauradores para ver como se puede solucionar de mejor manera la actividad de la restauración siempre y cuando cumpla las medidas de seguridad, higiene y protección.