Dentro del mundo de los envases existen muchas variantes debido a las infinitas posibilidades disponibles. De todas las opciones, una que cada vez está generando más expectación es la del envase inteligente o smart packaging.
¿Qué es un envase inteligente?
Un envase inteligente es, generalmente, un envase alimentario que integra el uso de la tecnología más puntera en soluciones de embalaje para monitorizar su contenido. Además de proporcionar todas las características importantes que da un envase, un envase inteligente también hace la vida más fácil a nuestros consumidores al dar información extra y en tiempo real.
¿Por qué usar un envase inteligente?
En un estudio, se vio que la razón principal por la que los consumidores tiraban la comida era por una fecha de caducidad próxima. Además, los investigadores encontraron que, de todos los desechos de comida generados, era el consumidor final el que más contribuía a ellos.
Cuando se producen alimentos, se tiene un control de las condiciones en las instalaciones (nivel de bacterias, grado de descomposición, etc). Sin embargo, una vez que el alimento sale al supermercado, este control se pierde. Con envases inteligentes, y concretamente con indicadores de frescura, podríamos quitar las fechas de caducidad ya que se monitorizaría el producto después de que saliera de la fábrica y así se podría minimizar pérdidas en cuanto a desechos de comida se refiere.
Otra razón para usar packaging inteligente es, sencillamente, hacer la vida más cómoda al consumidor. Por ejemplo, con indicadores de temperatura, puedes monitorizar si el producto está en la temperatura óptima. Esto también podría aplicarse a productos farmacéuticos que requieran condiciones especiales como un vial de insulina, que requiere frío.
Pros y contras del packaging inteligente
Aunque los envases inteligentes tienen muchas posibilidades, actualmente se encuentran un poco limitados y pueden generar más pérdidas que ganancias.
Por ejemplo, a la hora de comprar carne, si vemos un envase que nos dice que el producto ya está empezando a caducarse y vemos otro que no dice nada, quizás optemos por la desinformación inconscientemente. Esto haría que el envase inteligente, además de ser más caro, genere menos ventas que un envase más barato en condiciones iguales. Sería muy distinto si se introdujese por legislación, aunque quizás no sea la opción más indicada.
En conclusión, el uso de los envases inteligentes puede dar lugar a mil posibilidades. Las consecuencias de su uso dependen, en gran parte, de la campaña de marketing y del diseño de envases utilizados. El problema actual a resolver es justificar el gasto extra que conlleva y estudiar los beneficios respecto a un envase normal. Por tanto, es posible que tengan mucho más futuro en el sector farmacéutico que en el alimentario.