En un mercado cada vez más competitivo, el packaging es un elemento que cada día adquiere más importancia, y que se está posicionando como una de las mejores herramientas de diferenciación para las marcas que saben hacer un buen uso del mismo. A través del packaging es posible obtener eficiencias que reduzcan los costes operativos, mejorar la manipulación del producto, facilitar la reposición en tiendas, aumentar las ventas, etc.
Pero antes de entrar en detalle, es importante preguntarse: ¿Qué es el packaging? Por definición, el packaging es la ciencia, el arte y la tecnología de inclusión o protección de bienes de consumo para su manipulación, almacenaje, distribución y venta.
Para todos los diseñadores, creativos y publicitarios el packaging tiene como objetivo primario atraer la atención de los clientes y ser la principal ventana de comunicación hacia el consumidor. Sin embargo, desde el punto de vista logístico y operativo, el principal objetivo del packaging es posibilitar una manipulación eficaz y eficiente durante el transporte de grandes cantidades de bienes de consumo a lo largo de toda la cadena de distribución garantizando en todo momento la protección y conservación de los mismos. Por lo tanto, el uso óptimo del packaging se encuentra en el equilibrio entre el marketing y la logística.
El packaging se expresa a través de los envases y embalajes que son desarrollados para acompañar a los diferentes bienes de consumo durante las diferentes etapas de su ciclo de vida. Un envase, es un producto que sirve para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías en cualquier fase de su proceso productivo, de distribución y/o de venta.
Por otra parte, un embalaje es un recipiente o envoltura que contiene o transporta los bienes de consumo de manera temporal principalmente para agrupar unidades de un bien de consumo pensando en su manipulación, transporte y almacenaje a lo largo de la cadena de distribución.
Debido al rápido crecimiento que está experimentando el sector del packaging, la comunidad europea ha establecido una clasificación con el objetivo de diferenciar los diferentes tipos de envase y embalaje:
La forma más común es el paletizado, siendo el palet 1200x800 el más habitual y existiendo una tendencia creciente en el uso de palets expositores de menor medida.
Una vez analizados los diferentes tipos de embalaje, se puede concluir que el concepto de packaging engloba a la totalidad de la unidad de carga, desde la botella y la caja hasta al palet, e incluso el film. Es, por tanto, la carta de presentación de las diferentes empresas ante sus potenciales compradores, y asimismo ante el consumidor final.